Esta
novela corta debería, tal vez, ser uno de los libros que toda mujer actual debería leer porque seguramente encuentre en ella una realidad tan distante, tan exótica, tan machista y tradicional en sus usos patriarcales, que será como un espejo revelador de esas muchas femenidades que desconocía.
Tal vez encuentre cómo el alma de la protagonista se expande en la historia igual que los lentos ríos
orientales, irremisible, directo a su destino.
La historia te subyuga de inmediato: mujeres educadas bajo la sombra milenaria del poder masculino en una sociedad china fragmentada por los desconcertantes usos de la nueva generación, que se rebela contra el pasado.
Damas silenciosas, frágiles, etéreas como el arroz que se vence ante los vientos de la invencible modernidad. Dudosas entre el amor o el deber, entre el futuro o la tradición que las ha mutilado.
Me conmovió este libro. Me entristecen los pies anormalmente pequeños de Kwei-lan (la joven y aristócrata protagonista) que han sido vendados desde niña para ser admirados por su futuro marido chino; pero este, educado en EEUU, los considerará feos y deformes.
Gran novela de Pearl S. Buck, primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura, aunque, este dato, estoy seguro y permitan la ironía, no desmerece su legado.
La historia te subyuga de inmediato: mujeres educadas bajo la sombra milenaria del poder masculino en una sociedad china fragmentada por los desconcertantes usos de la nueva generación, que se rebela contra el pasado.
Damas silenciosas, frágiles, etéreas como el arroz que se vence ante los vientos de la invencible modernidad. Dudosas entre el amor o el deber, entre el futuro o la tradición que las ha mutilado.
Me conmovió este libro. Me entristecen los pies anormalmente pequeños de Kwei-lan (la joven y aristócrata protagonista) que han sido vendados desde niña para ser admirados por su futuro marido chino; pero este, educado en EEUU, los considerará feos y deformes.
Gran novela de Pearl S. Buck, primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura, aunque, este dato, estoy seguro y permitan la ironía, no desmerece su legado.