El grupo parasomnia estuvo leyendo sus poemas en Radio Stéreo Villa el domingo 11 de diciembre de 2011, en el programa Más Que Música cuya conducción corre a cargo de la DJ y comunicadora Kelly Navarrete. Aunque solo fueron dos integrantes -porque los demás tenían imponderables- la noche fue animada y con bastante adrenalina. He aquí las fotos. (gracias por la velada poética ofrecida)
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Siguiendo al grupo poético Parasomnia
El grupo parasomnia estuvo leyendo sus poemas en Radio Stéreo Villa el domingo 11 de diciembre de 2011, en el programa Más Que Música cuya conducción corre a cargo de la DJ y comunicadora Kelly Navarrete. Aunque solo fueron dos integrantes -porque los demás tenían imponderables- la noche fue animada y con bastante adrenalina. He aquí las fotos. (gracias por la velada poética ofrecida)
domingo, 11 de diciembre de 2011
El metal come la carne (ensayo sobre la obra de Michael Crichton)
Este excelente artículo sobre nuestro querido Michael Crichton, prácticamente fundador del tecnothriller, fue tomado de la wen Pijama Surf.
La obra del recientemente fallecido "padre del tecno-thriller" bajo los rayos x: detrás de los blockbusters y la ridiculez ocasional hay una aterradora y profética metáfora de la tecnoscura humanidad a la que nos acercamos
Michael Crichton (Chicago, Illinois, 23 de octubre de 1942 – Los Ángeles, California, 4 de noviembre de 2008) conocido como el padre del “tecno-thriller”. Murió a los 66 años de edad de cáncer y su esposa e hija lo despidieron como esposo devoto, padre cariñozo y amigo generoso. Contrajo matrimonio cinco veces y se divorció cuatro, médico antes que nada, sus libros y películas son un intento de operación quirúrgica social, eso sí para curar no son muy buenas creaciones. Sus novelas tecno-científicas son una suerte de ciencia-ficción dura (hard science-fiction).
Siempre han existido dos vertientes de ciencia-ficción la d
ura (hard) se refiere a cuando los textos científicos son verídicos al máximo y sobre ellos se elabora la obra, y la suave (soft) más bien es en la que lo narrativo y damático cobra primera importancia.
Creador de la serie de television ER que se encargo de darnos otra vision de lo que eran los hospitales y la gente que trabaja en ellos, una vision científicamente glamourosa y pulcra que dista mucho de nuestra realidad nacional.
Sus adaptaciones nos dan muy distintas películas a las que dirigió el mismo, mejores que las suyas en el sentido técnico palomero comercial pero desnudas de profundidad psicológica, carentes de la filosofía que empapa su obra sobre el hombre a merced de la tecnología creada por él mismo, carentes de sentido siquiera, una suerte de divertimentos plásticos con muchos pero muchos tie-ins; curios
amente una gran extension de la máquina de la que tanto habla Crichton en sus libros.
Por ejemplo Tornado (Twister, 1996) dirigida por el talentoso ex director de fotografía, hábil para las películas de acción sin cerebro Jan De Bont, acaba siendo un tratado de vivir dentro del sistema analizando lo que golpea las finas tejas que lo componen el único elemento fuera de él, la naturaleza, que amenaza constantemente lógica sitemática en forma de tornados. Con el gran bonus de los lindos tops blancos que porta estoícamente Helen Hunt.
Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993) es una especie de juego de Disneylandia, la película mega juguete, lo artificial y la profecía de hasta donde el CGI (animaciones por computadora) nos llevarían. Es volver al mejor actor de su tiempo, Sam Neill, en un vacío recipiente que a lo mejor que puede aspirar es a tener buenas figuras de acción para niños. Un juego infantil donde lo mejor visto es la manera en que el pescado grande devora al chico; Darwin en paleta helada de agua de Wall-Mart.
Congo por Frank Marshal (productor habitual de Spielberg), el mismo que nos dió Aracnofobia (1990) ó Alive (1993) un remake del glamourosísimo Sobrevivientes de los Andes (1976, René Cardona) osea alguien superficial, o manufacturando para alguien extremadamente superficial que ve la amenaza aracnida a su alrededor pero no todo lo que de verdad lo está amenazando. Con Congo nos brindauna ilógica farsa involuntaria de que tan alto puede un robot gorila llamado Amy gritar “Amy, bad gorilla, bad” antes de perder funcionalidad, la autoflajelación de la máquina antes de tomar posesión del hombre, mientras este come plaomitas de maíz.
Michael Crichton como director es un estílista nato de la imágen, sin saberlo y sin interesarle ¿Acaso porque finalmente claúdico como artista para entregarse a un régimen al que le sobran los Congos y los Tornados? Sus películas como director son muy interesantes y obviamente casi todas fieles adaptaciones de sus libros pero no en sentido realista, encuentra un tono de vanguardia digno de comparación con el más excelso camp alemán de los setentas. Contienen estructuras génericas hollywoodenses, con guiones llenos de efectismos y momentos dificiles de tolerar sin burlarse de ellos. Pero su discurso es claro y fuerte, llamados de atención por un mundo obscuro por venir en manos de nuestra propia creación, el metal viene a devorar a la carne o como me comió mi laptop, mi Nintendo o mi TV por cable.
Coma (Michael Crichton, 1973) curiosamente basada en un libro que escribe su contemporáneo Robin Cook. Thriller técnologico puro, compuesto de imagenes ensoñadoras, cuerpos desnudos congelados colgados de cabeza, plástica cementerio en vida mucho antes que Matrix (hermanos Wachowski, 1999); cuartos congeladores fríos en verdes aquas y la duda ¿quién esta durmiendo a la gente? Con Genevieve Bujold y un Michael Douglas (que comienza a ser cool gracias a la gracia inconsciente de Crichton que prefiró el billete a la risa). Los dos actores personifican doctores que investigan ¿porqué los cuerpos de internos en un hospital están cayendo en coma? Claro todo es una obscura y macabra confabulación de la que sera muy difícil escapar.
Ojo Asesino (Looker, Michael Crichton, 1981) Es una burla ante un sistema de comunicación obscuro que todavía esta por venir (sí, más obscuro). Dulce veneno tecnológico, era donde las modelos son asesinadas una vez que una corporación ha tomado sus figuras para reproducirlas en escenas virtuales donde lo de menos es la coherencia. Dr Larry Roberts (Albert Finney) es un cirujano plástico que se envuelve en una serie de asesinatos misteriosos de modelos que han sido sometidas a sus cirugías faciales y corporales. Dr. Roberts descubre que otra modelo, Cindy Fairmont, sera la próxima víctima de el asesino y la intenta proteger. Así descubre una serie de engaños televisivos por parte de la televisora para hipnotizar a los espectadores con pulsaciones de luz escondidas tras la pantalla a través de los ojos de los compuestos de las mismas modelos asesinadas. El final es ridiculamente ultra divertido y anuncia la eléctrica comedia de horror televisivo: Shocker (Wes Craven, 1989) que de pie a pa es ridiculamente divertida.
Brigada Especial (Runaway, Michael Crichton, 1984) Los Runaways son los robots con fallas que causan alguna especie de peligro a la sociedad, para detenerlos existe una brigada policiaca donde el sargento. Jack R. Ramsay (Tom Selleck) adquiere una simpática compañera nueva, la oficial Karen Thomson (Cynthia Rhodes), de inolvidables risos de oro.
Pero ahora tienen una misión más complicada, detener al Dr. Charles Luther (Gene Simmons, sí el ex-Kiss que sacaba una lengua de vaca que le llegaba a las rodillas) es un malvado terrorista psicopata que usa la microtecnología para causa violentos accidentes que tienen que ver con este mundo que depende de los robots. Por medio de chips quiere controlar el mundo y tiene varios instrumentos que haran de esta película puro kitsch fársico divertidísimo, por ejemplo: arañas mecánicas que sucitan en la persona que atacan sobreactuaciones sin límites para la carcajada, ó impresionantes tomas subjetivas de balas robot en angular volador (cortesía de uno de los mejores directores de fotografía de su timpo, John A. Alonzo). Tecno-thriller sin pretensiones, de muy buenos momentos de humor kitsch, que en realidad es una crítica dura al mundo al que nos acercamos, donde dependemos cada vez más de la tecnología volviendonos menos humanos y más robots.
Michael Circhton me recuerda a Julio Verne, sus películas no tenían nada de lógica real en su tiempo, hace poco sonaron a metáforas de lo que sucedia entre ciencia y realidad, pero ahora podríamos decir que pasan de ser metáforas a la realidad en sí.
Buen viaje Crichton donde quiera que estés.